Francesc Font: “Con la agricultura regenerativa, produces alimentos más saludables, te ganas mejor la vida y cuidas el planeta”
Francesc Font, agricultor e ingeniero técnico agrícola, director de Agroassessor Consultors Tècnics y autor del libro «Arrelats a la terra: propostes per a una viticultura regenerativa», participó en el Primer Simposio de Viticultura Regenerativa, celebrado en Vilafranca del Penedès el pasado mes de junio. Aquí resumimos su ponencia titulada ‘Regenerando viñas para cuidar el planeta’.
Hace más de 5 años, Francesc y su esposa Nuri, viticultores del Empordà, se cuestionaron sobre el modelo de trabajo que seguían en sus campos (que era el convencional) y cómo influía en la crisis climática, en la pérdida de la biodiversidad y en la desertización. Reflexionaron sobre el hecho de que cuando llueve o hace viento, se produce erosión y unas 20 toneladas de tierra por hectárea, se van cada año al mar. Y reflexionaron también sobre el hecho que cada 5 años se pierde un centímetro de suelo, volumen que la naturaleza tarda 40 años en recuperar.
Con estas percepciones, se pusieron a trabajar, a investigar y a recopilar datos, hasta que se toparon con el vídeo “El reverdecer de los desiertos”. Entonces soñaron con aplicar la agricultura regenerativa y lo que significaba "dejar de degenerar" y "empezar a regenerar". Decidieron que sí, se podía: fijar el carbono, frenar la erosión, devolver la vida al suelo y al entorno (lo que potenciaba la biodiversidad), producir alimentos saludables sin utilizar productos tóxicos y, sobre todo, “entender los suelos”, meter literalmente la cabeza en ellos, ver cómo interaccionan los minerales, cómo funcionan las raíces, las compactaciones, la microbiología, la mineralización, recabar toda la información que permitiera aplicar las técnicas regenerativas.
Sembraron cubiertas vegetales y las empezaron a gestionar (aplastar, recortar, replantar) como lo que son, capas protectoras que crean un muy buen clima para la microbiología del suelo y protege de la erosión minimizando la pérdida de suelo por la lluvia. Sus cubiertas podían mantener una temperatura en verano de hasta 10 grados menos que la superficie de los campos de sus vecinos.
Francesc y Nuri formularon un nuevo axioma: “el cultivo más importante era el suelo” y, para alimentarlo, apostaron por compost, agua de mar reproducciones microbiológicas y estiércol, y usaron técnicas de diseño ‘keyline’, que favorecen la circulación del agua, e incluso rehabilitaron antiguos búnkeres de la pasada guerra como refugios para murciélagos, valiosos aliados como protección natural. Francesc describe otros ejemplos de su trabajo en viñas situadas en Menorca, en donde utilizan cerdos que pastan continuamente, abejas de las que se obtiene miel y almendras como parte de la gestión regenerativa del suelo y de su cubierta.
Su lema "medir para crear, medir para mejorar" se convierte en realidad con unos resultados aplastantes que aseguran que sus suelos están mucho más vivos que otros semejantes de agricultura tradicional. Los datos revelan que son mucho más estables, sin apenas erosión a causa del agua o del viento, y no permiten discusión: 80% más de hongos, 82% más de bacterias, 1.075% más de protozoos, 20% más de retención del agua de lluvia y un 20% menos de gases efecto invernadero al no labrar la viña. Y la cifra estrella: capturan 15,5 tm de CO² por año, lo que equivale a la emisión de 10 coches.
Finalmente, una observación: regenerar viñas tiene un coste pero da beneficios, en el caso de Francesc y Nuri, en estos momentos, un 10% más. Con esto, sus tres preguntas iniciales –¿Hacia dónde nos lleva el modelo actual?, ¿la agricultura regenerativa es aplicable en España? y ¿es rentable? – quedan más que respondidas.